En general, los implantes, que son una especie de tornillo en el hueso de la mandíbula sobre el que se asienta el diente “nuevo”, se colocan cuando falta una pieza dental (por una enfermedad o un traumatismo) o cuando hay que eliminar uno natural (por una gran destrucción del diente debido a una caries) y se debe sustituir por uno artificial.
Pero no todo el mundo puede ponérselos. Así que si te falta algún diente o sufres algún tipo de patología bucal que pone en riesgo tu dentadura, ponte en manos de un dentista de confianza para que te asesore adecuadamente.
Este especialista debe valorar el estado de tu encía previamente porque se necesita que haya masa de hueso suficiente para que el implante quede fijado. En caso de que no sea así, será necesario realizar más pasos intermedios antes de colocar estas piezas, o bien valorar otras opciones.
Hasta 36 meses sin intereses o contacta con nosotros en Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.