¿Qué son las caries?
La caries dental es la destrucción de los tejidos duros de los dientes. Está causada por la presencia de ácidos producidos por las bacterias de la placa depositada en las superficies dentales. Este deterioro de los dientes está muy influenciado por el estilo de vida, es decir, influye lo que comemos, la forma en que nos cuidamos los dientes (nuestros hábitos de higiene), la presencia de flúor en el agua y la crema dental que utilizamos. La herencia también no juega un papel importante en la susceptibilidad de sus dientes a la caries.
Si bien la caries suele ser más común en niños, los adultos también corren riesgo de padecerla. Los tipos de caries pueden ser:
- Caries de corona: Son las más comunes, se presenta tanto en niños como en adultos, y generalmente se desarrollan sobre las superficies de masticación o entre los dientes.
- Caries radicular: En los casos en los que las encías se retraen quedan expuestas partes de la raíz del diente. Como las raíces no están recubiertas por esmalte, estas zonas expuestas pueden afectarse fácilmente y aparecen las caries radiculares que son difíciles de tratar.
- Caries recurrentes: En aquellos pacientes con tendencia a acumular placa y que no consiguen una buena higiene, se pueden formar nuevas caries alrededor de las obturaciones y coronas existentes.
Los adultos corren especial riesgo de padecer caries si sufren de sequedad bucal, que es un trastorno provocado por la falta de saliva. Esto es debido a algunas enfermedades, al uso de algunos medicamentos, y a tratamientos de radioterapia y quimioterapia. La sequedad bucal puede ser temporal o permanente, según su origen. Las caries pueden ser graves ya que si no se tratan, pueden destruir el diente afectando los nervios de su interior, lo cual puede provocar un absceso (una infección en el extremo de la raíz). Una vez formado un absceso, el único tratamiento posible es la endodoncia (también llamada tratamiento del conducto radicular) o la extracción del diente.